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Pariendo ídolos

Tal vez lo que comparta hoy, no sea una ciencia... podría ser incluso un pensamiento de sentido común, pero yo escribo sobre lo que reflexiono y lo escribo cuando lo reflexiono... ¡ahí les va!

Si bien es cierto que en la antiguedad, a los niños no se les prestaba la atención necesaria, puedo también afirmar, que hemos llegado al otro extremo. Para no retroceder tanto en la línea del tiempo, puedo hablar de mi niñez.  Si mi papá estaba hablando con otro adulto y yo me atrevía a meterme en la conversación, lo más dulce que me decía era: "Usted hable cuando las gallinas mehen". Yo entonces entendí dos cosas: 1) que no me podía inmiscuir en las conversaciones de los adultos y 2) que las gallinas no orinan.

Cuando llegaba la navidad, me inspiraba escribiendo largas listas de regalos para Santa Cló y los Reyes.  Pero ellos me regalaban lo que les daba su real gana... y yo era felíz.  Despertaba ilusionada a mi mamá para que viera los trastes que no había pedido. La verdad es que ni siquiera se me ocurría contrastar mi lista con los regalos obtenidos...¡eran regalos y eran míos! Eso era suficiente para mi. Siempre quize una casa de Barbie, pero nunca la tuve. No me creó un "issue" existencial. Yo creaba mi propia casita. La alfombra de la sala era el tablero de "checkers". Los sillones eran camisetas, cuidadosamente dobladas. Las Barbies se veían muy cómodas ahí y así dediqué largas horas de mi infancia a crear y jugar.

Una de mis épocas favoritas era el "back to school". Antes solo decíamos "las cosas de la escuela". Me gustaban (y aún me gustan) los personajes divertidos, pero mami solo compraba lo necesario. Las libretas eran marca "Composition", de esas que eran negras con con diseños blancos. Yo me entretenía coloreando las partes blancas con "mallicmalkel". Mi mochila era la que  fuera resistente y económica. Mi mami nunca se fajó corriendo de tienda en tienda, para coordinar mi mochila y mi lonchera, con el personaje que me gustara. Si me lo hubiera preguntado, lo hubiera pedido de "Care Bears"... pero no me lo preguntó y nunca me los compró. Eso no minaba mi entusiasmo del primer día de clases, porque sencillamente yo tenía todo lo que necesitaba.

Pero no crean que todo fue así... recuerdo con mucha nostalgia mi cumpleaños número 5. Fue de "Strawberry Shortcake" (pa' los que piensan que es un nuevo personaje). No fue en un parque, ni en el cine, ni en la bolera; ni siquiera en un centro comunal.  Fue en nuestra humilde casita de madera.  Pero yo estaba regia. Recuerdo que me hicieron unos hermosos risos y me vistieron como la muñequita.  El bizcocho era riquísimo con cuatro medias lunas, plasmados en un espejo.  Habían figuras de cerámica pintadas a mano como recordatorio y ni hablar de las "capias" con plumas.  No vino un payaso ni mucho menos la mera Strawberry a animar la fiesta. Pero yo disfruté mi fiesta a plenitud y hoy, 30 años después, puedo recordarla con alegría.

Cuando estaba un poco más grandecita y mi mamá cobraba su quincena, nos daba la gran sorpresa de que nos llevaría a "Belguel Kin".  Mis hermanos y yo celebrábamos en grande.  Nos montábamos los cuatro en la parte de atrás de su carro. Uno con la espalda hacia el frente y otro con la espalda hacia atrás, para que pudiéramos caber bien.  Al llegar, mami no nos preguntaba qué queríamos. Solo pedía 4 ofertas del cofre mágico de hamburguesas.  No nos preguntaban el sabor de la bebida y los juguetes eran tan genéricos, que no era necesario preguntar si era para niño o niña.  Comíamos con alegría, devorando nuestra cena. Yo no quería botar el vaso. Era como un "souvenir". En mi barrio era un lujo llegar con un vaso de algún "Fast Food". Yo iba rindiendo mi gaseosa, sorbito a sorbito.  A veces seguía utilizando el vaso en casa para tomar agua o leche.  Atesoro con alegría esos esfuerzos que mi mami hacía para darnos esos lujitos.

Yo sé que los tiempos cambian, pero a veces veo cosas que sencillamente no estan bien y que sus frutos, serán amargos.  La prosperidad y el desarrollo nos ha empujado a un extremos vergonzoso. A menudo veo la escena en donde un niño interrumpe y contradice a sus padres en conversaciones con otros adultos.  Los padres por su parte, se enfrascan en dimes y diretes con sus hijos y casi les tratan de convencer de que están diciendo la verdad.¡Cuán lamentable!

Esto ni hablar de la época navideña.  Se "educa" a los niños a establecer clara y precisamente los regalos que desea para navidad. Se les da el "chópel" de "Toys "R" us" para que especifíquen lo que quieren.  Los padres salen desesperados, cual esclavo en pos de su señor a cumplir las órdenes de sus amos, digo, de sus hijos.  Y ahí se ven, llorosos porque se acabaron las consolas que el niño quería o peor aún, en fuerte depresión porque como el niño tiene de todo, ya no encuentra qué regalarle.  Han renunciado al día de acción de gracias, para hacer filas en las mega tiendas y conseguir los juguetitos del nene en el "Black Friday". Gastan sus bonos, empeñan el carro, hacen préstamos y comprometen las tarjetas de crédito, con tal de no "dañarle" la ilusión de la navidad a los nenes. 

Esta revolución de mercadeo se repite con el regreso a clases. Veo a las madres desesperadas de tienda en tienda porque la nena quiere las libretas de "Frozen" y por su puesto que todo tiene que ser del mismo motivo; entiéndase: bulto, lonchera, libretas, lazos, medias, etc.  Es un asunto que se vuelve una aflicción  cuando no se consigue lo que "necesitan".  Pero hay que hacerlo porque son los estudios de la nena.  Recuerdo ver una madre, rogándole a su hija que cambiara de personaje porque no encontraba todo de un personaje en particular.  Y ahí estaba esa pequeña de 6 o 7 años, con brazos cruzados y mirada altiva, dándole la sentencia a su madre de que no cambiaría de opinión. Su madre, se dio por vencida y se retiró del lugar para cumplir los caprichos de su ... hija. 

Los cumpleaños son otro elemento de estresor.  Es una nueva categoría en el presupuesto de los padres.  Cada año tienen que superar el anterior.  Todo tiene que ser temático y original.  Se hace un "shooting" para la foto de las camisetas que usarán los invitados.  Debe haber un "disc jockey", un payaso, un candy bar, un mega bizcocho en forma del personaje del cumpleaños, en 3D con luces, sonidos y efectos giratorios. Deber ser en pasta laminada con fotografrías impresas y tan bonito que no dan ganas de picarlo. Ya no es importante que sepa bien... con que sea bonito, es suficiente.  Al finalizar la fiesta, el niño estará listo para anunciarle a sus padres, cuál es la temática del próximo cumpleaños.

No digo que estas cosas sean malas, solo pido un poco de reflexión. ¿Qué será de esta generación cuyos padres los estan criando como si fueran sus ídolos personales? ¿Gira tu vida en torno a los caprichos y deseos de tus hijos?   Solo espero que no olviden sembrar en ellos los principios que son realmente importantes y que no se les olviden enseñarles a amar a Dios.  Enseñarles el "valor" del dinero y no el "amor" al dinero, Enseñarlos a aprenciar las cosas sencillas de la vida y darles solo lo que necesitan.  Estos ídolos son voraces e insaciables.  Entre más tienen, más quieren y nunca estarán satisfechos.  

Nuestra vida como adultos no puede girar en torno a nuestros hijos.  Nuestra mayor satisfación en la vida, no puede ser cumplir todos sus deseos o darles lo que no tuviste.  Yo no tuve todo lo que quise y crecí felíz. Tuve lo que necesitaba. 

Sobre este tema, pudiera seguir escribiendo, pero ya he escrito demasiado y talvéz, muchos nisiquieran lean esto, porque se han cansado de leer.  Solo expondré 3 puntos finales y usted, llegue a sus propias conclusiones:

1) ídolo = Persona o cosa por la que se siente un amor o admiración excesivos.


2) Exodo 20:4 dice:

 "No te harás ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No los adorarás ni los servirás:"

3Proverbios 29:15 dice:

   "La vara y la reprensión dan sabiduría, pero el niño consentido avergüenza a su madre."




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