Ir al contenido principal

Asuntos de Nalgas

Asuntos de Nalgas

 

  

 
         Tengo 35 años y estoy en la edad media de la vida... media joven y media vieja.
 
      Pero, cuando era una niñita, aprendí algo que quedó impregnado en mi mente por el resto de mi vida... "las partes privadas se respetan".  Mami me enseñó que mi partes privadas son: las tetitas, las nalguitas y el "totin" (Disculpen las malas palabras)
 
     Precisamente, por ser partes "privadas", no se podían mostrar, ni mucho menos permitir que alguien las tocara.  Así crecí, a la antigua, pero a lo largo de los años, me he dado cuenta que la sociedad ha reducido la trilogía de partes privadas... ahora son solo dos; las nalgas ya no son partes privadas y las que quedan, están en peligro de extinsión. 

       Cada mañana, voy a un club de batidas nutricionales a desayudar y cuando me estaciono, inevitablemente me encuentro con este anuncio de fajas reductoras...


Fajas Salomé (Anuncio no pagado)

      Esto me parece un atropello para mis ojitos, pero a nadie le importa. Cada vez más, nos acostumbramos a esto, hasta que se nos hace normal. En psicología se llama "desensibilación sistemática"... nos vamos exponiendo a algo con tanta frecuencia, que ya pierde efecto. Pero, ¿es necesario enseñar estas redondeadas y perfectas nalgas para vender una faja?.
 
 
 

Esto es lo que imaginamos sobre la película "Transformer"

 
     Tener la iniciativa para ver una película en familia, puede terminar en un momento verdaderamente incómodo para los padres.  Imaginen ustedes que llevan a sus hijos con mucho entusiasmo a ver la película transformers y encontrarse con una escena como esta...
 
Escena de la película "Transformers"
 
 
¿Qué explicaciones le diremos a nuestros niños? ¿Le taparemos los ojos en medio de la película? ¿Saldremos espantados del cine? O, ¿simplemente nos rendiremos, pensando que no hay manera de guardar la inocencia de nuestros niños? O peor aún, talvéz ni nos incommode y diremos: "eso no es nada", cayendo así en el nuevo paradigma social de que las nalgas no son partes privadas.
 
 
 
     ¿Qué pensarán los niños que se están criando hoy en día viendo a sus madres exhibir sus nalgas, como quien exhibe el hombro o las rodillas? Seguramente pensarán (conciente o inconcientemente): "si lo puedo ver, lo puedo tocar".
 
    Y es que hasta para los deportes, las mujeres específicamente, están casi en la obligación de enseñar sus nalgas. Y yo me pregunto: ¿es esto realmente necesario?.
 
 
     Sé que soy un tanto conservadora, pero que alguien me diga, por favor, en qué momento las nalgas se volvieron parte públicas.
 
     Dios dice en su palabra: "¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes, el cual tienen de Dios, y que ustedes no se pertenecen a sí mismos?"
 (   1 Corintios 6:19)
 
    Pienso en los niños, en su inocencia ultrajada. A nadie le importa que estamos acortando sus años de inocencia y alargando la malicia y la maldad.  Llenamos sus mentes de sexo, lujuria y lascivia y luego nos preguntamos: "¿Qué le pasa a esta juventud?". La juventud solo refleja la semilla sembrada, la impureza de sus pensamientos, la sobre exposición al sexo y la violencia, la poca valoración al cuerpo humano...
 
 
     Me conmueve y me entristece saber que mentes retorcitas puedan dañar la pureza y la inocencias que Dios regala a cada niño nacido.  Pero también me ocupa, una generación de adultos que se ha dado por vencido y se han rendido ante los paradigmas sociales del libertinaje, del modernismo, de la relatividad y del conformismo...

    El gobierno está muy pendiente de no "atropellar" la identidad de los niños. Dejémosle que escojan si quieren usar faldas o pantalones, si quieren ser niñas o niños. Pero, ¿quién defiende su inocencia? A Dios daremos cuenta de esto.

     He llegado a la conclusión de que no es que estamos faltos de valores.  Los valores son: "convicciones profundas de los seres humanos que determinan su manera de ser y orientan su conducta.".  Por lo cual, todas nuestras acciones, responden a nuestros valores. Lo que sucede es que los valores son distintos. Tal vez, lo que en nuestra sociedad era respetado, ya no lo es.
 
Si Dios me da la bendición de ser madre, sobre todas las cosas, guardaré su mente y su corazón, inculcaré en su vida los valores del reino de Dios y seré una voraz defensora de su inocencia. 
 

 
      Debe haber algún filtro; alguien tiene que vetar tanta explotación sexual en los medios. Nuestros niños tienen derecho a conservar su inocencia, hasta que sean jóvenes.
 
¡Que así nos ayude Dios!
 
 

Comentarios

  1. El Papa Francisco le llamô a esto la globalizacion de la indiferencia, da pena que para todo lo que se quiera vender tenga que haber morbo, sin respetar a nosotros los padres que queremos hacer buen trabajo con nuestro niños teniendo que exponerlo a tanta basura afuera.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es... un tanto lamentable. Muy sabias palabras de parte del Papa Francisco.

      Eliminar
  2. El Papa Francisco le llamô a esto la globalizacion de la indiferencia, da pena que para todo lo que se quiera vender tenga que haber morbo, sin respetar a nosotros los padres que queremos hacer buen trabajo con nuestro niños teniendo que exponerlo a tanta basura afuera.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Las higüeras de New York

     Hace unos días visité New York y aunque no era la primera vez, la madurez de los años, me hace analizar la experiencia desde una perspectiva distinta. New York es un lugar icónico, protagonista de historias reales, de sueños de libertad, de películas y series que ya son parte de nuestra historia; un lugar atractivo e interesante, con climas variados que sirven de inspiración para canciones, pinturas, esculturas, música y toda clase de expresión artística.      Haber nacido y vivido en una pequeña isla y enfretarme a una ciudad como NY, es un contraste de la vida como el blanco y el negro. Montada en trenes conglomerados, miraba los rostros de las personas y  pensaba en que era la primera y última vez en que los vería.  Veía sus facciones, enmarcadas en su bagaje cultural y sin decir una palabra, cada persona cargaba un diálogo, una historia que contar.         Viajando en los trenes es vivir en un silencio ruidos...

Señor Gobernador

Carta al Señor Gobernador sobre su famoso "chat" Ricky Rosello Señor gobernador: Tal vez nunca llegue usted a leer esta carta. Pero necesito expresarme de forma sencilla, clara, directa y honesta.  Como cristiana he aprendido a respetar todas mis autoridades gubernamentales. La Biblia afirma: " Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior,  y a los gobernadores... " 1 Pedro 2:13-14a Usted y yo, somos de la misma generación.  Usted nació en el 1979 y yo en el 1980, por lo cual no hay una brecha generacional entre ambos.  Pero de seguro, nuestra crianza, vivencias, experiencias y formación fueron muy distintas.  Usted es hijo de un Gobernador. Vivió en la Fortaleza y seguramente tuvo acceso a la mejor educación posible.  Yo crecí en un barrio de Canóvanas.  Caminaba a pie hasta mi escuelita pública y viví junto a mi familia en una humilde casita que fue devastada por el Huracán Hugo (1989)....

A ley de un vellón pal medio siglo

     Nací el 5 de febrero de 1980. Hoy cumplo 45 y no he cumplido ni la mitad de los sueños que me propuse, pero sigo soñando… Miro en retrospectiva y valoro todo lo que he vivido.   Viviendo un niñez sencilla, que me dio todo lo que necesitaba para desarrollar amor, agradecimiento, resiliencia, creatividad y perseverancia.  Algunos de mis juegos favoritos, eran las Barbies, Natioras, Rainbow Brites, Strawberry Shorcake, CareBears, Cabbage Patch, entre otras.            En mi barrio San Isidro de Canóvanas, monté a caballo (sin la silla de montar), comí en casa de mis vecinos y hasta me uní a una cantata navideña que pasaba por mi casa, entonando: “Hacía Belén, se encamina, María con su amante esposo…”.  Unas veces, me iba a pie para la escuela con mis hermanos y con todos los muchachitos del barrio que se iban uniendo por el camino.  Había que cruzar una avenida, pero allí estaba el siempre sonriente, Policía Padilla, qu...